El pasado 6 de noviembre de 2025, durante la primera edición de Expo SAGRIS, tuvo lugar la mesa redonda “Espacios de Datos en el Sector Agroalimentario: Casos, Tecnología y Futuro Compartido”, moderada por Gonzalo Martín (CSO de Hispatec), en representación del grupo AgriFood Tech de AMETIC. La sesión mostró cómo los espacios de datos están dejando de ser una promesa teórica para convertirse en herramientas reales que ya aportan valor tangible en el sector agroalimentario.
El debate reunió a expertos de iniciativas tanto públicas como privadas que están construyendo las bases de una economía del dato sólida en el campo:

Pablo Coca abrió la sesión explicando el papel de Gaia-X Agro como iniciativa europea para construir espacios de datos confiables, interoperables y con plena soberanía digital. Entre los ejemplos compartidos, destacó el seguimiento completo de la sidra asturiana, desde el manzano hasta la botella, como muestra del potencial en trazabilidad y control de calidad.
Desde Tecnalia, Merche Hernansáez subrayó el valor de los espacios de datos como redes de confianza en las que todos los actores del ecosistema comparten información bajo un marco común. Esto no solo genera eficiencia económica, sino también impacto social y ambiental positivo. En sus palabras, estos entornos permiten tomar mejores decisiones públicas y privadas, al mismo tiempo que empoderan al productor.
Natalia Valle, de Plant on Demand, mostró cómo las plataformas de gestión para venta directa pueden beneficiarse de estos espacios, integrando pedidos, trazabilidad y contabilidad en un sistema único. Defendió que incluso los pequeños productores pueden encontrar valor compartiendo sus datos, siempre que el retorno —en forma de servicios, recomendaciones o acceso a mercados— sea claro y directo.
El cierre técnico llegó con un caso práctico presentado por Enrique Martínez y Juan Goicolea. Mediante sensores IoT, estaciones meteorológicas e imágenes satelitales, entrenaron modelos de inteligencia artificial generativa capaces de eliminar las nubes en las imágenes NDVI. Esto permite un seguimiento más preciso de los cultivos incluso en condiciones climatológicas adversas. El modelo, desarrollado por Vicomtech, está ya en fase de servicio dentro de un espacio de datos agroalimentario.
Como destacó Goicolea, “los espacios de datos no son ya un concepto abstracto, sino una infraestructura real que permite la colaboración entre actores diversos y la generación de valor compartido”.
La principal conclusión del panel fue clara: la tecnología ya está disponible. Ahora, el reto es cultural. Para que los espacios de datos se consoliden, será imprescindible generar confianza entre los productores, demostrando que compartir datos de forma voluntaria puede traducirse en mejores servicios: desde recomendaciones de riego hasta predicciones meteorológicas o gestión de costes.
Los espacios de datos representan una oportunidad estratégica para avanzar hacia una agricultura más eficiente, colaborativa y sostenible. Una agricultura donde el dato no solo describe el presente, sino que anticipa el futuro.